I. La Sociedad Compleja en la
Perspectiva de la Teoría de Sistemas Autorreferentes.
Antes de utilizar algunas de
las herramientas conceptuales de la teoría de Luhmann, es necesario recordar de una
manera muy sucinta algunos de sus conceptos centrales, pues en la actualidad abundan las
referencias bibliográficas orientadas a la presentación, análisis y discusión de la
extensa obra de este autor recientemente fallecido, considerado como uno de los pensadores
más importantes del siglo XX (Izuzquiza, 1990).

1. La Tematización de
Problemas Públicos.
En una sociedad compleja
caracterizada por un aumento permanente de experiencias y acciones y por la presencia de
una variedad de grupos de interés y sistemas parciales, que disponen de su propia
codificación y programación frente al ambiente, resulta imposible alcanzar formas de
consenso mediante la opinión pública, considerada ésta como fruto de la libre
discusión de los temas públicos (Saperas, 1987). En consecuencia, ante la imposibilidad
de establecer intereses generales uniformemente considerados y asumidos, se impone el
abordaje de los problemas mediante decisiones estratégicas de carácter parcial, es
decir, de manera autorreferente en el interior de cada sistema especializado de la
sociedad.
En esos términos, desde el punto
de vista de la generalización de los temas de interés general, resulta central
considerar que, la diferenciación funcional ha ido tan lejos en la sociedad
contemporánea que resulta improbable la integración social de la opinión pública sin
vinculación alguna a los sistemas parciales. Este hecho ha obligado a redefinir el
concepto de opinión pública y adscribirlo a algún sistema que permita el manejo de
intereses funcionalmente definidos. Desde la perspectiva de los sistemas
autorreferenciales la opinión pública ya no comprende a todo el sistema social, sino
fundamentalmente al sistema político como sistema parcial, mediante comunicaciones
públicas derivadas de una selección contingente de temas.
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